Catarata La Fortuna

Deléitese con un baño en la base de la Cascada La Fortuna, en una visita guiada que lo llevará a una caminata natural única.

El inspirador escape de la naturaleza comienza con transporte desde su hotel, y pronto estará cruzando por la vasta campiña costarricense a lo largo de rutas rurales que se deslizan por las verdes colinas. Mientras que el Volcán Arenal domina el paisaje, sus vecinos; el volcán inactivo Cerro Chato y su lago de cráter verde esmaragdino, también merecen una mirada. Su guía ofrece una breve historia de la región, señalando que las tribus indígenas como el pueblo Maleku han llamado a estas exuberantes tierras su hogar durante siglos.

Recibido por un Restaurante de Jardín

Vas a encontrar algunas gradas en este viaje. Unas 500 de ellas. Abrazando las verdes laderas y deslizándose hacia el suelo del cañón, esta sorprendente escalera ofrece un descenso dramático, con el bajo sonido de la precipitada caída de agua.

Si bien las personas de casi todas las edades y niveles de condición física pueden manejar las escaleras, es bueno tener en cuenta que tendrá que volver a subir. Para ayudar con el esfuerzo, hay pequeñas áreas para sentarse en el camino que lo invitan a tomar descansos. Estos lugares de descanso también son excelentes lugares para tomarse un momento y apreciar la belleza natural que lo rodea, y observar la vida silvestre como monos aulladores, perezosos y una gran variedad de aves tropicales que pueblan el refugio.

Refrescarse en las Piscinas Naturales

Llegas al último paso y te mueves por la base de las rugientes cataratas. El poderoso río Tenorio alimenta esta cascada que cae a unos 250 pies en una piscina natural como un géiser, agitando aguas blancas en el punto azul de impacto. Los visitantes más aventureros optan por zambullirse en el agua cerca de la caída donde emanan fuertes corrientes fluviales. Pero a medida que la energía del agua que cae se disipa, hay más lugares tranquilos para nadar río abajo.

¿Listo Para un Entrenamiento en la Selva Tropical?

Entonces es hora del viaje de regreso. Es cierto que las gradas siempre son más extenuantes en el ascenso, y tienes cientos de ellas para darte un buen entrenamiento. Así que quizás puede aprovechar al máximo las áreas de descanso a lo largo de la escalera y haga una pausa para observar los coatíes peludos del bosque, los perezosos que descansan en las ramas de los árboles y una variedad de mariposas arcoíris que probablemente lo rodean. Regrese arriba, recompénsese con un bocadillo de frutas tropicales que le brinda su guía y reflexione sobre su viaje único a esa maravilla natural. Luego se marchará para un cómodo viaje de regreso a su hotel.

Una caminata hacia la cascada como ninguna otra, esta caminata por la naturaleza en la selva costarricense no deberá perdérsela.